1/04/2007

UNA TIERRA PARA TODOS


En un trabajo conjunto entre la Comisión Episcopal de Pastoral Aborigen, Pastoral Social, Cáritas y el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, se presenta este trabajo que busca ser una colaboración en el inicio de la reflexión hacia una Pastoral de la Tierra.

En una nación que está buscando su camino hacia la reconstrucción y desarrollo, es importante saber que la preservación del medio ambiente y la justa distribución de la tierra son claves para avanzar en este sentido.

Este escrito intenta estudiar el problema del derecho a la tierra de los pueblos aborígenes, la concentración de tierras en manos de extranjeros o grandes empresas en detrimento de pequeños productores, el uso indiscriminado de los recursos naturales, en especial las minas, los bosques y las reservas acuíferas y la responsabilidad del Estado frente a estas cuestiones.

Tanto en el Estado como en cada ciudadano argentino cae la responsabilidad de garantizar que el accionar de uno no afecte al bienestar del otro. En esta búsqueda constante por lograr un país mejor para todos, la palabra "todos" debe tener un sentido más amplio del que muchos tenemos en nuestra conciencia.

Este análisis solo intenta dar el puntapié inicial para que, tanto a nivel institucional como personal, se empiecen a tomar decisiones teniendo en cuenta el largo plazo y no la satisfacción inmediata de la productividad a corto plazo.

El enfoque Bíblico Doctrinal que plantea al comienzo de este trabajo, se basa en reavivar la concepción de la tierra como don. En un momento de secularización de la sociedad caemos en el olvido de que la naturaleza forma parte del regalo que Dios nos dio junto con la vida para que todos podamos aprovecharla. Es importante siempre tener presente que no hay razón para reservarse en uso exclusivo lo que supera a las propias necesidades cuando a los demás le falta lo necesario para vivir. Esto es importante saberlo, vivirlo y transmitirlo.

Resumen del texto

Capítulo I: Enfoque Bíblico Doctrinal

Analizando esta realidad a la luz de la enseñanza bíblica y de la Doctrina Social de la Iglesia se puede ver que la pérdida de la concepción de la tierra como don de Dios para el bienestar de todos, producto de la secularización de la sociedad, constituye la raíz de cualquiera de los problemas antes mencionados.

Desde el Génesis el hombre aparece como co-creador, comunicador y custodio de la vida. Como don de Dios el hombre debe ordenar y hacer crecer la naturaleza para el beneficio de todos. El hombre debe lograr una "tierra comunitaria", ordenado al mandamiento del amor: amando a Dios por sobre todas las cosas y con eso, participando con gratitud del don que recibió de Él; como así también, amando al prójimo, es decir, respetando al otro y buscando el bien común, con fraternidad y solidaridad.

Juan Pablo II sostenía que no es lícito utilizar este don para el beneficio de unos pocos, dejando a los otros, la mayoría, excluidos. No hay razón para reservarse en uso exclusivo lo que supera a las propias necesidades cuando a los demás le falta lo necesario para vivir.

El enfoque doctrinario se centra en dos principios:

- Destino universal de los bienes

- El derecho de propiedad privada con función social

Hoy nos encontramos con excluidos como los aborígenes sin tierra y los marginados urbanos, dos realidades diferentes con el común denominador de una sociedad que, lamentablemente, no puede dejar de lado la búsqueda personal frente a la necesidad imperiosa del que tiene al lado.

La principal propuesta que plantea este enfoque es aceptar el camino de la conversión a Dios, buscando vivir el mandamiento del Amor.

Capítulo 2: Concentración y acceso a la titulación de tierras rurales

La falta de una política estatal fundada en una equilibrada distribución de las tierras rurales, en el marco del predominio de una concepción utilitaria de la propiedad como un bien de mercado y no como bien social fue generando en nuestro país un fuerte proceso de concentración.

Este proceso, en el que grandes extensiones de tierra quedan en manos de unos pocos, estuvo señalado por:

- el marcado endeudamiento que sufrieron los productores agropecuarios a lo largo de la última década, en un momento en el que mercado llamaba a aumentar la productividad.

- los efectos derivados de las estrategias de los grandes capitales de inversión que ejercían una fuerte presión sobre los pequeños productores.

- la imposibilidad en algunos casos de seguir llevando adelante las actividades productivas.

Para muchos pequeños productores el acceso a la tierra productiva constituye un problema central por la falta de una legislación adecuada que limite la concentración y la generalización de prácticas de corrupción que impiden el acceso a derechos jurídicamente reconocidos.

Por el otro lado, dentro de los problemas institucionales que se presentan encontramos el de la titulación de tierras por razones como las dificultades de acceso (por distancias, falta de difusión, dificultad en los procedimientos, elevados costos, etc.) y por el funcionamiento de los aparatos burocráticos.

Dentro de estos dos problemas (de acceso y de titulación) podemos encontrar ciertas irregularidades puntuales:

- Ocupación de tierras fiscales: ocupación de ex territorios del Estado que nunca se terminan de regularizar.

- Ocupación de tierras privadas: los ocupantes viven y trabajan en tierras que son propiedad de alguna persona física o jurídica.

- Campos comuneros: fracciones de territorio entregadas a súbditos de la colonia española que se mantienen hasta el presente sin que hayan sido regularizadas.

- Aparcerías precarias: relaciones asimétricas entre los propietarios de la tierra y quien la explota.

- Sucesiones indivisas y divisiones condominiales fácticas: por problemas en la sucesión.

- Productores pobres en áreas naturales protegidas.

Extranjerización

Una causa importante a la hora de hablar de la tierra es el que trae el proceso de pérdida de soberanía y de recursos naturales, así como de concentración en capitales extranjeros. Se estima que este fenómeno obedece en gran medida al endeudamiento de los pequeños y medianos productores con el extranjero y, que en suma, se ve favorecido por la falta de ordenamiento legal por parte de la Nación y las provincias en lo referente a la legislación sobre tierras.

Maltrato a la tierra y a los recursos naturales

Cientos de miles de pequeños productores pobres y casi un millar de comunidades aborígenes se ven afectadas por el deterioro de los recursos naturales como consecuencia de la sobreexplotación y la falta de políticas de preservación del medio ambiente y de protección de los derechos de los pequeños productores.

Frente a tres problemas significativos del medio ambiente resulta necesario tomar conciencia del mediano y largo plazo para concientizar sobre la necesidad de tomar decisiones en ese plano y no pensando en el aumento de la productividad a corto plazo solamente. Estos problemas son:

- Crisis del recurso del agua: al contar con un importante reservorio de agua dulce la Argentina se ha convertido en foco de intereses internacionales que fomentan la privatización de las empresas públicas de aguas.

- Deforestación y expansión de la frontera agrícola: según datos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) el país ha perdido el 70% de sus bosques desde 1935. Los bosques se eliminan y son reemplazados por zonas de explotación agropecuaria que terminan generando la erosión y desertificación de los suelos a costa de un beneficio a corto plazo.

- Explotación minera: los emprendimientos mineros, además de ser malos para el trabajador, afectan gravemente a la supervivencia de comunidades indígenas, al tiempo que busca su apoyo mediante dádivas.

Encontramos una ausencia de un Estado con vocación política y de una legislación eficaz, capaz de poner límites a las grandes corporaciones, incentivando un uso productivo racional y equilibrado de la tierra, los recursos naturales y de la capacidad de trabajo de la persona.

Capítulo 3: Problemática de las tierras indígenas

La relación de los pueblos indígenas con su tierra es muy especial ya que se consideran sus hijos, afirman que no son dueños sino parte de ella, y que el fin no es explotarla sino convivir para trabajar cuidando la naturaleza con un desarrollo equilibrado para el bienestar común de la humanidad. Esta cosmovisión habla de la tierra como un espacio religioso, lugar de la esperanza y de la identidad, base y sustrato de la cultura.

La Constitución Nacional reconoce la preexistencia de los pueblos indígenas, su derecho a las tierras tradicionalmente ocupadas y otras aptas y suficientes, a una educación bilingüe intercultural, a su propia lengua y cultura y a la participación en aquellas cuestiones que los afecten. Sin embargo, pareciera que la situación de las comunidades se agrava cada vez más y los problemas estructurales que padecen se agudizan día a día.

La pregunta que hay que hacer ahora es cómo los afectan a ellos los problemas antes mencionados:

Concentración de la tierra: Sus territorios sufren una nueva invasión, la expansión de las grandes empresas agrícolas y la explotación. El problema es que la mayoría de estas comunidades se encuentran en esos territorios sin título de propiedad.

Un ejemplo puede ser el de comunidades en Salta que están siendo desalojadas (…) debido a que los ingenios azucareros y las grandes empresas que cultivan soja transgénica necesitan mayor superficie.

En otros casos, el problema surge de la mano de la negligencia del Estado, que lleva a que los hombres y mujeres jóvenes de las comunidades deban emigrar de su territorio por falta de trabajo e insuficiencia de recursos, insuficiente e inadecuada educación primaria y atención médica, o porque los programas de empleo no llegan o lo hacen de forma deficitaria.

Acceso a la tierra y titulación: La ausencia de una legislación nacional que en forma sencilla y ágil permita, mediante la titulación, hacer efectivo el derecho a la propiedad comunitaria de las tierras tradicionalmente ocupadas establecido por la Constitución Nacional, es otra dificultad grande.

Tierra y recursos naturales: La explotación de los recursos naturales presiona a las comunidades a abandonar sus tierras tradicionales. A su vez, al verse afectada la biodiversidad, contaminadas las aguas y al aire, limitado el acceso a territorios tradicionales, su economía y cultura se ven afectadas.

Capítulo 4: Acceso a la titulación de terrenos y viviendas urbanas y suburbanas

Pese a no ser el tema principal de este trabajo, el tema de la vivienda se relaciona directamente con este tipo de problemas. La problemática de la habitabilidad en áreas urbanas se relaciona con la tenencia irregular de la vivienda y el terreno como así también con una serie de cuestiones relativas a las características del hábitat, como ser:

- Condiciones inadecuadas de la vivienda: el 22% de los hogares urbanos reside en viviendas que presentan condiciones de materialidad deficientes. A la vez, un 15% sufre hacinamiento.

- Entorno inadecuado de la vivienda

- Problemas de acceso

Propuestas

Se realizan una serie de propuestas para la lograr una tierra para todos:

Hacia el interior de la Iglesia:

Promover la reflexión de forma tal de despertar la conciencia de todos los cristianos respecto de la importancia de este tema.

Tomar conciencia del cuidado de la creación como patrimonio común de todos.

Informar a las diócesis sobre las problemáticas antes descriptas.

Favorecer la capacitación de los agentes de pastoral sobre este tema.

Continuar y profundizar el trabajo articulado de las diversas pastorales en torno al tema tierra y recursos naturales.

Fortalecer el accionar de los diversos organismos de la Iglesia relacionados con este tema tanto en la prevención como en la superación de las problemáticas abordadas.

Incorporar la concepción de la tierra de la DSI en nuestras catequesis y en las currícula escolares y universitarias.

Es importante tener en cuenta que el Estado tiene su parte de responsabilidad para garantizar y velar por el bienestar de toda la sociedad, como también recae en cada ciudadano la responsabilidad de actuar con la honradez y justicia necesarias para mejorar día a día la convivencia entre todos, en la búsqueda de un bien comunitario en el que todos puedan tener una vida digna.

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